Los fracasados siguen fracasando en el mundo hoy, solo porque sienten que el fracaso es dueño de sus vidas, pero son así, la suerte, la familia, y la manera de procesar experiencias los hicieron así. Casi como una maldición, repiten errores y caen en todas las trampas que el destino puede dejarle por delante. Ojo, no se confunda al fracasado con el que nunca tuvo una oportunidad, o tuvo pocas y ninguna que valiera la pena o le trajera la suerte de su lado. La desgracia llama desgracia, el fracaso y lo asumido de la persona en ese rol, trae fracaso.
No se venga creyendo que el fracaso no es un trabajo duro porque sí que lo es, si señor, el fracaso una y otra vez es para los que nunca se rinden, para los reyes ocultos, para las almas que tienen que aprender a los golpes el significado de algún triunfo al pasar.
Para fracasar hay que tener aguante. Aguante el aguante!
El fracasado es un luchador interminable y de una fuente casi inagotable de voluntad para seguir adelante y a través de sus derrotas en seguidilla.
El fracasado es el que más sabe de éxitos. Cuando consigue lograr algo, no lo siente como algo de todos los días y lo disfruta como tal. El ganador, en cambio, revela al éxito como algo cotidiano y va dejando que pierda importancia el hecho de salir victorioso. Cuando el ganador repite este tipo de actitudes a lo largo del tiempo cae en el pozo de las depresiones más grande y angustiante de todos: El inconformismo superficial.
El fracasado es el siempre dispuesto a intentar, el sin miedo, el arriesgado. Claro, todo fracasado conoce de desilusiones y una posibilidad nueva de llevarse una más no hace la diferencia y por eso es valioso en lo referente a los éxitos más grandes en la historia de la humanidad. Todo genio exitoso también formó parte del gremio de los fracasados.
En el conurbano Sur existió una vez un grupo llamado ¨los fracasados¨. Ellos se juntaban a evaluar las historias de fracasos en sus vidas y a intentar encontrarles la vuelta para al menos llevarse de cada una un aprendizaje.
El fracasado siempre vuelve al ruedo a intentar una vez más no caer del caballo que ya está cansado, pero que todavía puede dar batalla, y cae. Otra vez.
Fracasado, pero fracasado como quién lo nombra y se lo cree, es el que sabe callar cuando no tiene nada interesante y quién sabe perder. Saber perder es importante porque eso a la larga te hace ganar y ellos lo saben.
Los fracasados clásicos son cada vez más inteligentes, más no el fracasado pelotudo y tampoco el fracasado sin amor propio.
Hey fracasados!!! sigan así.
Ojo, estoy hablando del tema imaginando al fracasado de alma experimentada. No se vaya a pensar que meto a todos los fracasados en la misma bolsa. Como en todos los rubros como puede ser el de los ganadores, los conformistas, los intolerantes (ya vamos a hablar de estos), los poderosos, los talentosos o lo que sea que se quieran imaginar hay de todo: de sentimientos nobles, vagos, forros pelotudos, derrotados, desinteresados, interesados, perpetradores de planes de victoria o de pérdida, empecinados, confabuladores, espectadores, ensimismados… de todos.
Ninguna clasificación puede encerrar a los clasificados en la misma bolsa. O los porteños somos todos iguales? gracias a la suerte no soy igual a vos y vos tampoco sos igual al que tenés al lado y no podes ni ver. Imaginemos a un talentoso empecinado y a uno ensimismado. Es lo mismo? no, claro que no. El talentoso empecinado termina cayendo como el orto a todo el mundo, el ensimismado en cambio no le termina cayendo del todo a nadie porque es tímido hasta el punto de no comunicar absolutamente nada o muy poco.
En fin, solo usé a los fracasados de ejemplo, lo que quería decir es que lo que importa no es en que rubro podrías encajar, lo que me importa a mi es que tipo de gente sos. A mi me gusta la buena gente, los demás que se curtan solos.