jueves, 14 de febrero de 2013

La tristeza




Acabo de despertar y ya lo sé.
Día de garúa en la mañana. Otoño un poco frío. La garúa se va, el sol sale e ilumina los árboles que en esta época andan con hojas verdes, amarillentas y marrones. Hojas caídas, hojas que están por caer. El multicolor de la tristeza.
La tristeza es muticolor, sí. La tristeza es esta mañana de rayos de sol entre esas hojas, y es también ponerse un abrigo liviano y sentir calor cuando te pega el sol pero que cuando te lo sacás lo que sentís es frío. Es lo incómodo, la sensación de que entre la naturaleza y uno, en estos momentos, no existe la armonía.
Pienso en levantame de la cama y lo voy a hacer porque tengo que hacerlo pero no porque quiera. La tristeza es esto también.
Mi hijo Javier estará tomando la leche y despertando de a poco para ir al colegio. Me gustaba verlo así. Ahora lo imagino al menos. Mejor así. Mejor para él, no para mí.
Escucho tambores. Será la murga que se prepara para el carnaval?.
No, el carnaval pasó. Entonces que es?. Es la murga que siguió rodando después del carnaval. Los trapos viejos que siguen andando como si la felicidad fuera encontrada entre redobles a destiempo, bombos como polvos apresurados en una esquina, y espuma que simula conectar a los seres humanos que hace rato andan en solitario, cada uno por su lado, cada uno con sus historias que aunque incluyan a otros, esos son solos extras necesarios para sus momentos.
Como es que a esta hora siguen tocando?, y como es que tocan tan mal?. Seguro bailan también. Ese baile lleno de pestes en el que se tambalean en un ritmo sucio, con movimientos espasmódicos, como retardados bailando. Eso son, retardados bailando, pegando saltitos, tratando de coordinar.
Carnaval puto, carnaval enmascarado, carnaval mentiroso, carnaval sucio, despoblado de verdades, carnaval escuálido, carnaval pretencioso, carnaval estúpido, vergonzoso, enfermo de cáncer, de sida, de sífilis, de polio, de muerte. Carnaval hijo de la pobreza del alma, carnaval insolente, carnaval de mierda. Te odio de por vida a vos y a quienes te festejan.
Me voy a levantar y me voy a fumar un porro mientras se hace el café, eso voy a hacer. Necesito que me chupe todo un huevo. Que la tristeza se vaya.
Es bueno quejarse un poco. Esto de quejarse tiene su recompensa. Yo me siento más liviano cuando me quejo un buen rato. Liviano puedo encontrar la belleza y el amor y también ver al dolor un poco más justo y necesario.
Algunos días me levanto mejor. De mejor humor digo. Mejor predispuesto y también más positivo. Hoy no.
Esta tristeza, hoy, se me metió en los ojos apenas los abrí, porque está acá, al lado mío todo el tiempo, porque es mía y no la puedo dejar ir.
La quiero dejar libre?
Día de garúa en esta mañana de otoño y en cualquier momento sale el sol a este día nuevo y yo a la calle y seguro me da en los ojos y no me deja ver. Quiero ver?.
Demasiadas preguntas y pocas respuestas. No hay respuestas que alcancen para todo esto y a veces ni siquiera hay respuestas.
Opresión en el pecho. Voy a tener un infarto?. Me duele de derecha a izquierda. No, el infarto es al revés. Entonces que es!?.
Ya sé. Es la angustia del alma que no cesa, que incluso no aclara, y ya sé a estas alturas que lo que no aclara termina oscureciendo y entonces no se entiende nada. No entiendo nada, ni entiendo lo que estoy sintiendo. Tristeza, tristeza infinita.
Que lo parió, que la vida es para aprender aunque parezca que a veces nos la pasamos entre equivocaciones para volver a equivocarnos por gusto nomás.
Arriba, vamos mi amigo que la vida es para cargarla en los hombros hasta que nuestra señora muerte nos la quite de encima. 




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