miércoles, 15 de junio de 2011

Nena

El hombre llega y observa el silencio.
Entre líneas se leía todo, como si todas las puertas que conducen hacia el interior de las almas estuvieran abiertas a través de los movimientos, de las miradas, de los suspiros, del caminar impaciente de su hermana, de las lágrimas incesantes de su madre que poco puede dar consuelo si carga tanto desconsuelo, del juego que se libra entre los dedos impacientes, una vuelta para acá... una vuelta para allá, del latir de un corazón agitado en medio de una tormenta de deseos que velan porque ese otro corazón comparta la vida entre juegos y familia.
El espíritu colectivo de la esperanza da vueltas, el sinrazón de lo desesperado  pasa oscilando entre  risas y sonrisas, todas ellas faltas de consuelo, repartiendo a cada uno la sensación que cualquiera en esos momentos quisiera dejar de lado aunque esté sabido que no puede hacerse, y que es la del terror de que algo salga mal, la sensación del vacío de locura que pueda traernos esa angustia al borde de un ataque de nervios, esa inimaginable, o que solo puede imaginarse incompleta, hasta el momento en el que pueda tornarse real. Nada de eso puede pasar, no.
Todos esperan, pocas palabras, muchos abrazos y la mirada que pasea a medias con  uno y con otro, y que es a medias por no querer contagiar de su propio miedo al de al lado, a ese con el que se está compartiendo esa mirada, como protegiendo el espacio y esperando que ese miedo solo se oculte, para que permanezca el olor a vida. Otros hacen lo mismo o no saben que lo están haciendo. Alguien que se va, el Padre se va. No puede soportarlo, no puede decirlo, no puede derramar una sola lágrima en ese lugar de espera. Una sola lágrima sería demasiado, un solo momento de flojera en cualquiera de ellos podría ser suficiente como para que el dolor sea el próximo sentimiento conciente al alcance de todos.
Ella se fué hace rato con quienes pueden corregir su mal, con quienes llevan en las manos su vida. Ellos, los desconocidos, serán los que reaparezcan en algunas horas con la noticia. La noticia será buena. Dijeron antes de llevarla que todo iba a salir bien. Se confía en aquellos desconocidos, la confianza es parte de la esperanza.
No pueden mantenerse todos juntos sin empezar a caer de a poco, y aunque pueda parecer poco lógica la situación, aunque se pueda entender a todos como una trama en la que todos se sostienen entre sí, la angustia puede hacerse dueña de a poco. Entonces el hombre se levanta, camina hacia quién más está padeciendo la espera en esa sala de sensación de estar entre nubes perdidas, y se la lleva. Su mujer los acompaña. Pocas palabras seguirán siendo la premisa, solo las necesarias, por momentos se escapará alguna frase de esas que se dicen en esos momentos y ella las tomará con amor. Tomarán un café o alguna gaseosa, fumarán un cigarrilo, y volverán al lugar con el corazón entre manos nuevamente, con la entrega del amor asegurada para siempre y que desespera en la lejanía. En el amor siempre se espera.
Llegan amigos, los amigos son por su calidad de amigos y por estar fuera del ámbito familiar, capaces de poder hablar de alguna otra cosa, como las salidas de fin de semana, el día en el trabajo, del recital al que va a ir, en fin... de otros temas. Los amigos tienen la capacidad inconciente y casi milagrosa de poder generar, en uno o más de esa familia que espera, alguna distracción momentánea y necesaria para evitar el desborde de los sentimientos que trae lo desesperado del caso y es así, más allá de que no tengamos la capacidad de mantener esa distracción por más de algunos momentos y es bueno en los amigos que puedan también callar y acompañar también como familia misma. Es bueno que existan los amigos.
La sala llena, el espacio cerrado, la espera interminable.
Uno no puede dejar de imaginar como será que se está pasando el tiempo en donde está ella, con todos esos desconocidos trabajando a su alrededor. Cada uno llevará dentro de su capacidad de imaginar, las imágenes que pueda soportar y las ilusiones que sepa llevarle a esas imágenes.
En algún momento todos callan y esperan. Todo va a salir bien, fué casi una promesa de parte de los desconocidos o fuimos nosotros que tomamos así sus palabras. Confiamos en eso.
Ella posiblemente reciba en este momento todo este amor, lo estará abrazando, la acompañará y le dará resistencia. Ella podrá recuperarse y tener Hermanos, Padres, Tíos, Primos y Abuelos. Ella, a pesar de sus pocos meses en esta vida, tiene a muchos enamorados esperándola. El hombre que era uno más en esa sala de espera adora con su alma a esa nena a la que están esperando. Es su sobrina, y la espera. Todo va a salir bien. Tanto amor solo puede traer vida.

7 comentarios:

  1. Cómo dijo Nippur..."Maxi, el tamaño de la letra, la puta madre. Lo demás, tremendo"

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  2. solo lagrimas sin palabras.... te amo hermano

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  4. Que lindo escribís la vida, me llenas de profunda emoción, gracias.

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  5. Como explicar que casi es un mismo sentimiento y pienso en el mismo final, TODO VA A SALIR BIEN!!!
    TENGO MI ALMA Y MI CORAZON PUESTOS EN MI AHIJADA.

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  6. Si tuviese que elegir a alguien para que escriba los capítulos de mi historia, ese serías vos.
    Tan simple como hermoso, capaz de tocar hasta la última fibra.
    Me hacés llorar pelotudo.

    Limada dijo : Inmenso. Y eso sos, nene. INMENSO

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