Volvete a Morón negro patasucia, le dije. Con exclamación y todo. Así: Volvete a Morón negro patasucia!!!. Y completé la frase diciéndole que se vaya a meter en la recalcada cajeta de su madre pero que sin olvidar llevar un plumero y un frasco de vaselina porque debía de estar polvorienta y reseca. Y levanté la mano haciendo el gesto de pasar un plumero primero y de poner vaselina después. Y nos agarramos a las trompadas. Lógico, después de tanta palabra sincera no quedaba otra.
Y un poco me arrepiento, imaginate que te estoy contando esto y se me quiere piantar una lágrima. Ojo que no es que me arrepiento de haberle dicho eso al mugriento ese que es hoy, sino que siento que también le llegó al pibe que fué una vez. Ese pibe fué mi mejor amigo de cuarto a séptimo grado. Eso me pone un poco mal viste?, no por esto que es ahora, sino por lo que fué, me entendés?. No, no tiene sentido hablar de porqué llegué a decirle eso. Esas cosas pasan porque se va cayendo una ficha detrás de la otra, entonces no se puede hacer nada. A lo que quiero llegar, lo que quiero contarte es que ese pibe fué calzón a veces, y a veces culo. Culo y calzón éramos nosotros dos, y nos turnábamos. Así de grande sentíamos nuestra amistad. Y los volvíamos locos a todos. Entre los dos trazábamos planes, entre los dos los llevábamos a cabo. No éramos un complemento del otro, sino más bien, éramos los dos nuestras partes y nuestro complemento, todo junto me entendés?... Y ahora resulta que terminó siendo este gran ejemplo de tipo que no sirve para nada, o peor, de tipo que sirve para hacer del mundo algo peor a cada paso. Con gente como ese pibe que se convirtió en esto que es se caen todas las cosas. Si solo se hubiera quedado en Lanús la puta madre. Tal vez habría de ser hoy un tipo distinto. Seguro que era un tipo distinto. En la casa era una locura todo, creo que por eso terminó así. Por lo que me enteré después que me dijo el Fabi, nunca más tuvo amigos. Por eso habrá sido calculo yo, que terminó siendo igual que el viejo. Y que el Tío, me olvidaba del Tío.
No sé porqué mierda uno termina abriendo un perfil con todos sus datos en Facebook la verdad si es una mierda. Y claro!, mirá como termina. A las trompadas y con una desilusión que no te la sacas de encima ni con una grúa.
El problema está en que nos hacemos la idea de que si nos encontramos después de veintipico de años con gente que no viste nunca más va a ser todo risas y recuerdos, y todos nos vamos a mirar y a abrazarnos a cada rato y nos vamos a contar las anécdotas que nos hicieron ser compañeros a los diez, a los once o a los doce. Mentiras, son puros engaños que nos cargamos en la cabeza nosotros mismos. Pero si con solo verles la foto de perfil y leerles un poco la biografía nos damos cuenta de que ese pibito que conocíamos no existe más!, ni hablar de ver las fotos. Todos hechos mierda, todos distintos, todos con caras que sin hablar nos hacen sentir que lo más probable es que nunca seamos amigos.
Como es entonces que terminamos por creer que igual puede que nos encontremos con el que conocíamos!?. La puta madre!, mirá que somos pelotudos eh?. Y digo somos, porque en mayor o menor medida a todos nos pasa lo mismo. Somos ilusos. Y estoy siendo una plumita que con sus críticas solo hace cosquillas, y disculpá, pero la verdad es que no pretendo tratar de imbécil a nadie, y menos a vos, que también te pensaste que podía estar bueno ir a comer con los pibes de la primaria. Menos a vos que estás acá escuchandome hablar sin parar mientras me pongo hielo en la boca que me quedó como un chorizo. Y claro, está bien que quieras saber que fué lo que pasó cuando salimos los dos para afuera a fumar, pero te digo que no pasó nada, que fué solo esto; un ir amistoso, un venir que también pretendía amistad, un recuerdo que puso turbio el río, el silencio durante unos segundos, una risa que se malinterpretó, una respuesta que cayó pesada, y ahí todo se fué a la mierda te digo, se cayó todo por la borda, y discutimos, y nos mandamos a la mierda y entonces pasó esto que te conté, que lo mandé a la recalcada cajeta de su madre polvorienta y reseca, y bueno, ahí vinieron las trompadas y se pudrió todo.
Por eso te decía, eso de facebook es un quilombo. Además vos fijate. De chicos todos estábamos más o menos parejos en todo sentido. O sea, todos vivíamos en el mismo barrio, éramos prácticamente de la misma condición social, practicábamos más o menos las mismas ideas. Que se yó, estábamos más y mejor integrados entre nosotros, y además los pibes saben recibir mejor esas diferencias, otras no tanto, como por ejemplo que seas gordo, dientudo, medio pelotudo, o alguna de esas cosas que los pibes consideran que son cosas de las que se tienen que reír y que casi no pueden reprimirlas. Y si, los chicos son crueles, pero sin saberlo eh?, quién de nosotros se hubiera imaginado que cuando todo el grado le decía todo el tiempo a Juan Carlos que era un gordo fracasado, un tanque de grasa, un maremoto de torta fritas, el pibe se iba a deprimir?, los chicos no piensan en eso. Si, ya sé que le costó años recuperarse pero que se le va a hacer?, eso no fué culpa de la gordura, y hasta creo que tampoco de las burlas, la recuperación digo, sino que fué culpa de que en la casa nunca le levantaron la autoestima y el tampoco pudo hacerlo solo y entonces la cabeza se le birló para la angustia, que se yó.
Yo te digo, la culpa es de facebook y la puta madre que lo parió. Si no hubiera sido por eso todavía tendría un recuerdo perfecto de la amistad que tenía con este tipo de mierda, pero no. Sabés que pasó?, se me murió ese recuerdo. Y se me murió el de casi todos. Como le debe estar pasando a la mayoría. Uno, como te dije, pretende encontrar a los que fueron, pero no están preparados para encontrar a los que son, y eso te mata. Eso te sacude el coco como loco, porque además te hace recordarte a vos mismo y eso es de lo peor de estas reuniones de mierda. Porque te acordás de vos y de repente vas al baño y te ves así, hecho mierda si te comparás (que te comparás, seguro) con lo que fuiste de pibe. Y te das cuenta de que todos somos lo que nunca hubiéramos esperado ser cuando éramos chicos, cuando los deseos son más verdaderos y sin represiones. Al final uno termina siendo lo que puede. Te agradezco la compañia, sos la única que no me desilusionó, al contrario. Ahora me voy a cerrar mi cuenta de Facebook para siempre. Los recuerdos que se queden ahí en el recuerdo, a ver si todavía sigo haciendo pelota los que me quedan.
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