martes, 15 de enero de 2013

4. Ahí voy Viejita





-Arriba Pablito mi amor que preparé el mate. 
Pablo no le contesta. -Mamá se fué para la cocina, piensa.
De a poco abre y cierra los ojos. Abre y cierra los ojos. Abre y cierra los ojos. Abre los ojos. Ve. Le duele el cuerpo. Sus encuentros con el diablo, como los viene llamando él, se hicieron con el tiempo más y más frecuentes y esta vez le pegó muy fuerte. Mucho. Le duelen las axilas. El pedazo de mierda ese me colgó de las manos y me pegó en las axilas, se dice en voz baja. Pasó un tiempo largo pero todavía no puede entenderlo. Nunca le dice más que lo que le quiere decir. Ni una sola vez le dió explicaciones. Piensa que el Diablo piensa que no tiene porqué darle explicaciones a él, y también se dice que sí, que debería darle explicaciones porque es él, el que recibe todo esto. Llora, pero solo unos minutos porque no quiere que nadie lo vea. A sus diecisiete años Pablo es un viejo que solo sabe sufrir. Un borracho que todavía no sabe que es un borracho.
Se seca las lágrimas. Arriba.
-Ahí voy Viejita, dice, y pasa al baño.
Se lava la cara, despacha su necesidad. Al final lava sus manos y sale. Choca.
-Que te pasa pelotudo?, pregunta Gabriel.
-Perdoná Gabi
-Chupame un huevo pendejo
-...
-Correte
Pablo se corre a un costado. Gabriel pasa. 
Va hasta la cocina. Mamá no está. Pero Mamá tiene que estar. Mamá está. No acá, pero está. Se asoma por la ventana del patio. Lo espera con mate y bizcochos.
-Donde están todas las fotos?, pregunta Pablo, y siente algo que no sabe qué es todavía pero que lo va a acompañar para siempre como parásito enfermo que controla todo, como una larva que crece y se reproduce y consume todo a su paso.
-...
-Ayer quise ver algunas. 
Quiso ver el pasado pero no sabe que viendo fotos poco puede saberse y entenderse. Hablando. Hablando sí. Solo tiene que encontrar a quien quiera ayudarlo con las palabras.
-Tiré todas las fotos de Papá, dice Gloria.
No lo ayuda. Por primera vez se le nota a Gloria en los ojos la furia. 
-...
-...
-Ya pasó mucho tiempo.
-Igual con esto se termina. Las tiré para borrarlo de todos lados.
-Si ya lo borramos igual. No hacía falta tirar las fotos que también nos mostraba a nosotros.
-No importa.
-A mi sí.
-...
-...
-Tomate un mate.
-...
Pablo chupa de la bombilla. 
Es la primera vez desde que Domingo se fué, que Pablo siente que tiene una parte en el alma a la que le faltan palabras y sobre todo le faltan certezas. Certezas de que haya estado bien que pasara lo que pasó. Es una duda que dura un suspiro y que deja pasar como si nada hubiera sucedido, pero duda al fin. Le va a durar poco. Va a aprender a dejar pasar esta duda y las que vayan llegando, como al colectivo que lo lleva al colegio cuando pasa lleno. Y no le va a importar.
-Me voy a la escuela, dice. 
-Chau hijito, que tengas lindo día.
-Vos también viejita, cuidate mucho.



Sigue acá --------------> Aventurarse

No hay comentarios:

Publicar un comentario